- isafogg
- 14 sept 2019
Actualizado: 10 dic 2019
Llegamos a Shiraz a las 5 de la mañana, pero no hubo ningún problema a la hora de localizar un taxi que nos llevara al centro de la ciudad. Nuestra idea era alojarnos en Forough Hotel, pero nos pidieron 60€ por una habitación doble, 4 veces más de lo que habÃamos estado pagando en el resto de hoteles. Asà que nos fuimos a preguntar al Silk road hotel, que estaba al otro lado de la plaza y donde pudimos conseguir una habitación por 3.000.000IRR. Aunque cara en comparación con el resto, nos pareció medianamente razonable teniendo en cuenta que nos dejaban acceder a la habitación inmediatamente, sin tener que esperar a la hora del check-in, y que podrÃamos dormir un poco más.
Con las pilas cargadas salimos a explorar la ciudad. Nuestra primera parada fue Shah Cheragh, mezquita y mausoleo espectacular por fuera y aun más impresionante por dentro, con todas los techos y paredes forrados con espejos. Para poder visitarla es necesario dirigirse a la entrada y esperar a que salga un guÃa, al igual que hacÃan en Qom.
Después paseamos por el bazar Vakil hasta llegar a una plaza donde está localizada la Vakil mosque y los baños. Decidimos entrar en los baños primero y, aunque interesantes, ya que tienen figuras que recrean el uso que se les daba y son más grandes, a nosotros nos gustó mucho más los de Kashan por la decoración que tenÃan. En cuanto a la mezquita, decidimos no entrar porque ya estábamos un poco cansados de ver tantas, pero viendo fotos del lugar, quizá hubiera estado bien echarle una visita.
La plaza está llena de teterÃas, restaurantes y tiendas de ropa y souvenirs "cuquis", con un tono más alternativo a lo que ves de normal en los bazares. Viendo el éxito que tuvimos en Isfahan, decidimos probar otro restaurante chic llamado Vakil Cultural House y triunfamos. Muy barato y la comida estaba riquÃsima. Recomendamos en especial el Kalam Polo (plato tradicional), la sopa de cebolla y la pasta alfredo.
Después de comer nos acercamos a visitarla fortaleza de Karim Khan, en la que entramos. Es bastante imponente desde el exterior, pero el interior es muy austero y la visita no aporta nada interesante. Justo al salir nos encontramos con la escena más chocante de todo Irán. En un paÃs donde las muestras de cariño en público están prohibidas (lo máximo es ir de la mano y sólo lo hacÃamos de vez en cuando y en las grandes ciudades), vimos como tres soldados paseaban cogidos de la mano tranquilamente.
Intentamos visitar la mezquita de Nasir ol-Molk, instafamosa por sus vidrieras de colores, pero al llegar nos recomendaron volver por la mañana de 9 a 11 si querÃamos ver el efecto de las vidrieras sobre la estancia, asà que lo dejamos para el dÃa de visita a Persépolis.
Volvimos al hotel para cenar y descansar, ya que al dÃa siguiente habÃamos reservado una ruta de dos dÃas por las Zagros mountains para conocer a los Qashqai, los nómadas más numerosos de Irán.