- isafogg
- 1 oct 2019
Actualizado: 10 dic 2019
Cuando calculamos nuestra ruta estimamos que estarÃamos 2 dÃas completos tanto en Shiraz como en Isfahan, pero al no ser asà nos sobraba tiempo que decidimos dedicar a visitar a los nómadas que viven en las Zagros mountains, al oeste de Irán.
Fue una decisión de último momento, ya que a pesar de que la guÃa de Lonely Planet la recomendaba como una de las mejores experiencias, no estábamos del todo convencidos. Nos preocupaba que lo que visitáramos fuera una recreación o una forma de explotar y degradar su cultura por y para el turismo, como ya ocurre en otros lugares del mundo. Después de leer varios comentarios y artÃculos y seguir sin estar seguros, Mohammad, de Zagros trekking y con quien habÃamos estado hablando para hacer la excursión con él, nos dijo que si salÃamos al dÃa siguiente podrÃamos ayudar en el lavado de las ovejas. Cómo Ãbamos a decir que no a una experiencia asÃ.
En Irán conviven varias etnias nómadas, siendo los Qashqai la más numerosa de todas con unos pocos miles de personas fonrmándola. Tienen su propio idioma, similar al turco (proceden de TurquÃa) y se mueven entre sus campamentos de invierno en los valles y las pasturas montañosas en verano. Esto no quiere decir que estén en movimiento constante entre lugares, como otros nómadas, ya que el campamento de invierno y verano es siempre el mismo puesto que las tierras en las que viven son propiedad de las propias familias.
Nuestro guÃa nos recogió pronto por la mañana para llevarnos hasta el campamento de invierno de su familia (el es qashqai) en su coche junto a su aprendiz. Los dos hablaban un buen inglés y fue fácil entendernos entre nosotros. Durante el trayecto, que duró 3 horas, nos habló de los qashqai, su estilo de vida y de como cada vez habÃan más que se habÃan sedentarizado como él, aunque la situación polÃtica de los últimos años dificultaba la transición de la vida nómada a la sedentaria por motivos económicos. A pesar de vivir de forma nómada, los qashqai no son pobres. El ganado da dinero, las tierras donde viven son suyas y se puede ver como cada vez hay más familias que alquilan camiones para hacer los traslados en lugar de subir a pie a las montañas.
Ya en el valle nos detuvimos en una pequeña poza donde los chicos se bañaron hasta que llegó el pastor con sus ovejas, que resultó ser el tÃo de nuestro guÃa Mohammad y con quien Ãbamos a pasar el resto del dÃa en su campamento junto a su familia. Lavar las ovejas fue toda una experiencia (especialmente para David que no habÃa tocado/cogido a una en su vida) y poco a poco el agua azul turquesa de la poza pasó a ser completamente marrón de toda la tierra que llevaban acumulada en la lana.
Una vez estaban limpias todas las ovejas (estuvimos unas 2-3 horas) nos fuimos hasta el campamento a conocer al resto de la familia. En total eran 5, el padre y su hijo ya mayor que se encargaban del pastoreo y la madre y sus dos hijas que se ocupaban de cocinar y limpiar. Nos sorprendió mucho la diferencia entre la edad que tenÃan y la edad que aparentaban ya que la dureza de la vida nómada habÃa envejecido mucho a los padres. Después de comer y charlar un poco para conocer más a fondo cómo era su dÃa a dÃa fuimos a buscar a las ovejas para traerlas de nuevo al redil a pasar la noche ya que hay lobos por la zona. Cuando se hizo oscuro nos metimos todos dentro de la tienda para cenar y charlar un poco antes de irnos a dormir a la pequeña tienda que habÃan preparado para nosotros.