- isafogg
- 3 oct 2019
Actualizado: 10 dic 2019
Después de un desayuno donde no podÃa faltar el té, nos pusimos en marcha para hacer un poco de trekking por la zona y conocer a las famÃlias de las tierras de alrededor.
El camino discurrÃa por campos de flores y las laderas de las montañas durante unos 4 kilómetros hasta llegar al primero de los dos campamentos que Ãbamos a visitar, todos familia de nuestro guÃa Mohammad. Allà nos recibió una tÃa suya con un carácter y una fuerza que me maravilló (las mujeres en Irán no son sumisas). Estuvimos un rato tomando té y charlando. Nos contaron que ella y su marido ya se habÃan asentado y dejado la vida nómada, pero que su hija y su nuero cuidaban ahora de sus ovejas y habÃan venido a visitarles. A pesar de no ser ya nómadas seguÃan dependiendo del dinero procedente del pastoreo para vivir.
Para comer pusimos rumbo al otro campamento que habÃa en el valle. De camino vimos la escuela nómada. Una pequeña tienda redonda y blanca con una bandera iranà coronándola. El gobierno envÃa a un maestro a enseñar primaria a los niños nómadas, pero si desean continuar estudiando secundaria tienen que ir a las ciudades a internados creados para ellos. Cuando estuvimos era época de vacaciones antes del año nuevo, por lo que estaba vacÃa.
En el último campamento conocimos a toda una famÃlia formada por cuatro hermanos (dos mayores y dos niños pequeños), los padres y la abuela. Pudimos comprobar como parte del dinero que habÃamos pagado se les daba a ellos en comida, juguetes para los niños y otras cosas. Después de pasar un rato con ellos y comer todos juntos en la tienda, volvimos al campamento donde habÃamos pasado la noche para coger el coche de vuelta a Shiraz. Aunque a la ida "sólo" tardamos 3 horas, la vuelta no fue tan rápida, ya que tardamos dos horas de más en llegar al hotel a causa del tráfico de la tarde. Si hacéis la excursión es mejor que paséis la noche en Shiraz al acabar. Nosotros llegamos a las 22:30 y si hubiéramos tenido un bus probablemente lo hubiéramos perdido.