Iran. Día 5: Isfahan.
- isafogg
- 13 sept 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 dic 2019
Después de haber estado debatiendo el día anterior sobre si quedarnos una noche más o tomar el bus por la noche hacia Shiraz, al final elegimos estar sólo un día completo en Isfahan,. Queríamos usar el bus nocturno para no perder un día de viaje (son unas 6 horas en bus) y dos días completos en Isfahan era demasiado después de haber estado la tarde anterior paseando.
Comenzamos el día yendo hasta la gran mezquita de Isfahan (Masjid-e-Jameh), que no es la que se está en la plaza, sino que hay que recorrer todo el bazar hasta llegar a ella y es un poco difícil de encontrar. Desde el inicio del bazar, en la plaza, se tardan unos 20 minutos andando en llegar allí si vas por dentro. El paseo por el bazar es ya una visita en sí, ya que hay un momento en que dejan de vender souvenirs para convertirse en un mercado local donde encuentras de todo y puedes ver a los locales haciendo sus compras del día. En cuanto a la visita a la mezquita, es una visita muy interesante. Además de la belleza de la mezquita en sí, se pueden ver restos arqueológicos de las distintas etapas de construcción.
De vuelta a la plaza entramos en el palacio de Ali Qapu y la mezquita del Imam Jomeini. El palacio nos decepcionó un poco. Había poco que visitar más allá de un par de pequeñas estancias y la escalera y lo único que resaltaba era el balcón con sus vistas sobre la plaza. La mezquita, en cambio, es una visita imprescindible. Es más moderna que la gran mezquita y está ricamente decorada con murales en azul, al igual que sus torres y cúpulas. Dentro de la mezquita se puede visitar también la madrasa o escuela islámica, donde tienen una exposición sobre el islam en la historia moderna (bajo el punto de vista del estado iraní) y donde de vez en cuando, como cuando estuvimos nosotros, se realizan charlas en las que un imam responde a preguntas de los turistas sobre el islam e Irán.
Visitada la zona histórica, nos fuimos andando hasta el barrio armenio para visitar sus iglesias y la catedral. Aunque el islam sea la religión oficial del estado, el judaísmo, cristianismo y zoroastrismo están aceptados y protegidos, al contrario que los ateos. La visita a la catedral es muy recomendable, ya que además del arte ortodoxo que se puede ver dentro del templo, también hay dentro del recito una exposición bastante completa sobre la historia de éxodo y genocidio armenio a manos del imperio otomano. Si queréis conocer lo que sucedió os recomiendo la película "La promesa".
Cansados de comer arroz y kebab tantos días (también hay guisos y platos con berenjena, pero el sabor varía poco en la comida iraní) probamos suerte en un restaurante más "estiloso" que encontramos en el armenian quarter: Hermes. Todo un acierto. A pesar de que la comida costaba el doble que en el resto de sitios el precio seguía siendo muy bajo. Entrante, comida y postre nos costó menos de 10€ cada uno y estaba buenísima.
Terminamos de comer bastante tarde y ya comenzaba a caer el sol cuando paseamos por el río (completamente seco) pasando al lado del puente Si-o-se-pol hasta llegar a Khaju bridge, muy similar al anterior pero todavía mantiene la pintura en las bóvedas. Allí nos quedamos viendo el atardecer antes de volver al hotel a por nuestras cosas e irnos a la estación a coger el bus VIP nocturno a Shiraz.
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