Las ruinas de Persépolis y las tumbas de Naqsh-e Rajab y Naqsh-e Rustam se encuentran a una hora de distancia en coche de Shiraz. Tanto en el hotel como en la calle y en las agencias te ofrecen tours de los tres lugares. Sin embargo, se puede también ir directamente a un taxi y acordar un precio para que te lleve a los tres lugares.
Como todavía no habíamos podido visitar Nasir Ol-Molk todavía, aprovechamos para ir pronto por la mañana, ya que como nos habían dicho el día que intentamos entrar por la tarde, la luz solo incide en las vidrieras por la mañana. Las vidrieras se encuentran en uno de los laterales de la mezquita, dando luz a una habitación forrada con alfombras que con el reflejo de la luz tenía un ambiente mágico a pesar de la cantidad de gente que estába visitándola a la vez que nosotros.
Nada más salir de la mezquita hablamos con un taxista que accedió a llevarnos a los tres lugares por 1.000.000IRR. Nuestra primera parada fue Persépolis (200.000IRR), antigua capital del imperio persa y donde aún se conservan ruinas de la ciudad. Acordamos con el taxista tardar 1 hora y media, tiempo suficiente para visitar el lugar. Allí apenas hay información en carteles, así que es recomendable llevar algún tipo de guía para poder apreciar de verdad lo que se está viendo. Aun así, el estado de conservación y la cantidad de murales y esculturas es impresionante. Persépolis es sin duda una visita obligada.
Después de Persépolis nos esperaban las dos tumbas/murales. La primera de ellas, Naqsh-e Rajab es... decepcionante, la verdad. El mural es muy pequeño y está grabado en unas rocas al lado de la carretera. La visita son 80.000IRR (unos 0,50€) y no tardas más de 5 minutos. Aun así, al ser tan poco dinero y estar de camino entre Persépolis y Nashq-e Rustam, suele ser una parada de todos los tours.
Nashq-e Rustam es otra cosa (200.000IRR). Situada en una gran explanada, toda la pared de roca está llena de varios murales de gran tamaño simulando pórticos de entrada a las tumbas (a las que no se puede acceder) y recreando escenas de guerra. Al estar en un expacio abierto no hay un recorrido como tal, pero el tiempo de visita es de unos 30 minutos.
Una vez terminadas todas las visitas nuestro taxi nos devolvió a Shiraz, donde aprovechamos para cenar en el hotel antes de coger un taxi hacia la estación de autobuses donde teníamos el bus nocturno a Kerman que habíamos reservado desde el hotel.
