Islandia. Día 3: Fiordos del oeste 1

Se conoce como fiordos del oeste a la región del noroeste que comprende la península de Vestfirðir (westfjords). Debido a su relativo aislamiento y la ausencia de carreteras importantes, la gente que va con el tiempo justo (2 semanas o menos) suele pasar de largo y no los visitan. Sin embargo, nosotros estuvimos dos días por la zona y se convirtió en nuestra favorita por los paisajes, la tranquilidad y la cantidad de hotpots que hay a lo largo de la carretera (a estas alturas ya nos habíamos vuelto adictos, a la que veíamos uno nos íbamos para adentro).

Toda la mañana consistió en recorrer la carretera que circula por el sur de la península, subiendo y bajando fiordos por vías estrechas que en algunos tramos eran de grava, pero con unas vistas espectaculares, hasta llegar al barco varado que se encuentra en el cruce hacia Rauðasandur o pink beach. Allí habían unas mesas de madera y aprovechamos para comer.

Después tomamos el camino hacia Rauðasandur, que consiste en una carretera de grava muy empinada que desciende hasta llegar a la playa (que no tiene nada de rosa). El lugar es precioso y muy tranquilo ya que muy poca gente llega hasta allí. Dependiendo de la marea puedes caminar más adentro o si está subiendo, como fue nuestro caso, puedes caminar por un campo que hay al lado hasta las dunas más próximas al mar. A pesar del duro camino hasta allí merece mucho la pena visitarlo.

En el cruce del barco también se puede seguir por una carretera de grava (por lo que leímos bastante dura) hasta los acantilados de Látrabjarg, donde en época de puffins o frailecillos (Abr-Ago) es un lugar seguro de avistamiento. Nosotros lo llevábamos en nuestra lista pero gente con la que nos cruzamos por el camino nos confirmaron que ya se habían ido y no quedaba ninguno.

Finalmente pusimos marcha con el objetivo de llegar al hotpot de Pollurinn antes del atardecer para poder verlo desde allí. A parte de las tres piscinas rasas, hay una ducha cerrada de agua caliente donde te puedes duchar sin problema. Lo mejor fue ver como los locales se bañaban primero allí y luego, con los neoprenos puestos, se bajaban al mar 4ºC de temperatura.