Islandia. Día 14: Réttir, Hrunalaug, Gullfoss, Geysir, Reykjadalur.
- isafogg
- 21 ago 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 30 ago 2019
En el mes de septiembre, con la llegada del frío los islandeses se reúnen en el campo para recoger a las ovejas que pastan libres por las montañas y llevarlas al cobertizo. A esto se le conoce como Réttir y se convierte en un motivo de celebración donde los islandeses que ya han abandonado el campo suben de nuevo a ayudar a sus familiares en la recuperación e identificación de su rebaño.
El día anterior por la carretera hacia Haifoss habíamos visto como guiaban a las ovejas con caballos a través de la carretera hasta el redil mientras pasábamos con la furgo y justo por la misma zona de camino a Hrunalaug observamos una gran cantidad de coches aparcados en un camino que salía de la carretera. Sospechando que se podía tratar del Réttir nos acercamos y vimos como dentro de un gran redil de piedra había una gran cantidad de ovejas y gente que las identificaba y llevaba hasta el sub-redil (por decirlo de alguna forma) de su propietario. Fue muy interesante observar el ambiente festivo, la gente vestida con su lopapeysa (jersey de lana típico islandés) y cómo se ayudaban entre todos.
Con ganas de ir de nuevo a un hotpot condujimos hasta Hrunalaug, un baño termal hecho de piedra con una pequeña caseta vikinga entre los prados verdes de la zona. A pesar de que el lugar era pequeño y había más gente a parte de nosotros en ningún momento nos resultó agobiante y nos ayudó a empezar con ganas el último día de carretera.
Aunque nosotros no fuimos, a unos pocos kilómetros de Hrunalaug se encuentra la Secret lagoon, la piscina más antigua de Islandia, del estilo de la Blue lagoon y Myvatn baths pero sin el azul turquesa del agua. Es más bien como Hrunalaug pero XXL.
Una vez con las pilas recargadas comenzamos la parte más turística de Islandia debido a su proximidad con Reijkiavik: el Golden circle. Una ruta que comprende los tres lugares más visitados de Islandia con la excepción de la Blue Lagoon: Þingvellir (que ya lo habíamos visto), Gullfoss y el área geotermal de Geysir.
La primera parada fue Gullfoss y cabe decir que la cascada era bastante impresionante con sus dos niveles de agua cayendo a lo largo de la zona de visita. La visita merece la pena. Dicho esto, llegamos allí alrededor del mediodía y nos encontramos con una cantidad de turistas que no esperábamos llegar a ver en Islandia en esa época del año hasta el punto de agobiarnos un poco entre tanta multitud. Esto es debido, como supimos más tarde, a que desde EEUU existen vuelos extremadamente baratos a Islandia al estilo Ryanair en Europa, por lo que muchos estadounidenses hacen escapadas de 3-4 días a Islandia en las que básicamente sólo les da tiempo a ver Reikiavik, la Blue lagoon y el golden circle; convirtiéndolo en una ruta muy famosa y bastante masificada en comparación con el resto de Islandia.
Después fuimos a la Geysir geothermal area, donde se encuentra Geysir, el géiser que da nombre a todos los géiseres del mundo y que lamentablemente se encuentra prácticamente inactivo desde hace años. Aunque no se puede ver la columna de 70 metros de agua de Geysir, justo al lado se encuentra Strokkur, el géiser más famoso ya que erupciona cada varios minutos dando columnas de 20 a 40 metros (antes de salir el agua comienza a hincharse, así que os recomiendo que tengáis preparada la cámara en modo ráfaga para poder pillar la foto). Además de los géiseres, por la zona también hay fumarolas con sus columnas de vapor y color amarillo similares a las que hay en Myvatn.
Finalmente nos dirigimos hasta Reykjadalur, el río termal, para darnos un último baño antes de volver a Reikiavik. Y allí hicimos todo lo que no se debímos haber hecho si queríamos disfrutar del lugar. Para empezar llegamos bastante tarde, sobre las 5, al parking que nos indicó el Google maps porque por esa carretera estaba prohibido seguir, para que luego resultara que media hora más a pie estaba el parking real (Parkplatz Reykjadalur). Además, cuando comenzamos a caminar estaba chispeando y era una hora de camino para llegar hasta allí, cosa que no sabíamos porque otra vez Google maps indicaba otro sitio más cercano (el correcto es Reykjadalur Thermal Bathing Pool) y en estas fechas (15 de septiembre) ya anochecía a las 8 y el lugar estaba entre montañas, así que la oscuridad se notaba antes e íbamos sin los móviles para que no se mojaran. Resultado: nos quedamos sin tiempo (apenas nos bañamos 15-20 minutos), casi sin luz y acabamos empapados porque, aunque yo llevaba pantalones impermeables, David no y mis botas no aguantaron tanto rato mojadas y terminaron por calar. Una vez dicho esto, ésta es nuestra recomendación: el sitio es precioso, pero id al menos con 3-4 horas de tiempo y no vayais por poco que esté lloviendo porque esas 2 horas de caminar a 4 ºC se notan.
Una vez en el coche, con la ropa cambiada y con la calefacción a tope pusimos rumbo de vuelta a Reikiavik, donde dormimos en el polígono para poder devolver la camper a la mañana siguiente.
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