Islandia: Día 1. Thingvellir, Glymur, Hraunfossar y Landbrotalaug.
- isafogg
- 18 ago 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 ago 2019
Por un cambio de la compañía aérea, un mes antes de partir nos adelantaron el vuelo de 01:00 a las 22:00 del día anterior por lo que en lugar de llegar al amanecer para coger directamente la camper llegábamos a las 2 de la mañana al aeropuerto de Reijkiavik y eso suponía un problema ya que esta prohibido dormir en el aeropuerto. Está abierto toda la noche, pero los guardias y los mil carteles que hay por allí te lo impiden. Por mucho que estés sentado echando una cabezadita te despertarán igual.
Preparados para no dormir nada, milagrosamente una hora antes de despegar nos escribieron desde TripCampers para decirnos que habían visto que nuestro vuelo se había adelantado y que nos recogerían al aterrizar para darnos la furgo antes, sin ningún coste extra y así podríamos ya movernos y pasar la primera noche en ella.
Condujimos media hora y dormimos en una calle de un pueblo unas pocas horas y al despertarnos fuimos directamente a Thingvellir National Park. Llegamos allí a las 7:30, así que aprovechamos para desayunar y lavarnos un poco en los baños del parque. Thingvellir es especialmente importante porque es donde se encuentra (o al menos es más visible), la falla entre Europa y Norteamérica y es, a su vez, el lugar donde se proclamó la independencia de Islandia. La zona es muy bonita y hay varios caminos a seguir para ver alguna cascada. Nosotros estuvimos unas dos horas y estaba bastante vacío ya que llegamos muy pronto, pero para cuando nos íbamos iban llegando gran cantidad de autobuses al lugar.
Después nos dirigimos al inicio de la ruta de la cascada de Glymur. La ruta en total es de unas 3-4 horas dependiendo de la forma física y en el recorrido se tiene que cruzar dos veces el río descalzo (el agua está tan fría que duele), pero la cascada es preciosa, enclavada entre la roca y con una caída impresionante. Hasta 2007 fue considerada la más alta de Islandia. Si te gusta el trekking es una visita obligada.
Aprovechamos el parking de la cascada para comer y nos fuimos hacia Deildartunguhver y Hraunfossar. El primero es un valle lleno de fuentes termales donde el agua sale a 100ºC del suelo y se ve dispersas las columnas de vapor por el lugar. Hay unas termas llamadas Krauma donde puedes tomar un baño, aunque decidimos no hacerlo por el precio. De todas formas es interesante ir porque justo al lado puedes pasear entre el agua hirviendo. Más hacia adentro están la cascada de Hraunfossar, ocupando toda la pared del río que baja con el agua turquesa.
Para acabar el día fuimos hasta Landbrotalaug Hot Springs, unos manantiales de agua caliente a los que se llega por una carretera de tierra y que no están señalizados, sabes que has llegado porque hay algún otro coche aparcado cerca del vapor del agua. Hay que caminar por barro hasta llegar a ellos. Lo mejor es llevarse la ropa y cambiarse directamente allí. Importante llevar linterna si vas al atardecer porque es fácil perderse entre el fango. Fuimos al atardecer y nos quedamos hasta que se hizo oscuro hablando con unos polacos y unos islandeses que estaban allí. Y entre tragos de soplica y el vapor del agua empezamos a ver como en el cielo se formaba una neblina ondulante que poco a poco tomaba un color verdoso y terminó por llenar el cielo de franjas verdes y rosas. ¡Nuestra primera aurora y en la primera noche dentro de un hotpot! Mejor comienzo imposible.
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