- isafogg
- 2 sept 2019
Qatar Airways está siempre en el top mundial de aerolíneas (2º en 2018) y eso se nota en los aviones. Son muy cómodos, la comida está bastante buena (para ser de avión), bebida gratis y el entretenimiento a bordo es muy completo en cuanto a películas y series. Sin embargo, tienen un pequeño gran fallo y es que les va la marcha. Qatar Airways parece que intenta batir un récord ya que les gusta ver a gente corriendo por el aeropuerto intentando llegar a sus conexiones de una hora a tiempo. Y para quien haya volado alguna vez con vuelos de conexión sabrá que eso es prácticamente imposible, ya que si llegando a tiempo a Doha tienes que correr, al mínimo retraso de tu primer vuelo pierdes la conexión. Y eso es exactamente lo que nos pasó a nosotros.
Nuestro vuelo desde Madrid se retasó 20 minutos, y esos 20 minutos perdidos supuso que cuando llegamos a Doha nos congregaran a todos los que teníamos vuelos de conexión perdidos (conté 7 ciudades) y nos dieran un vale de hotel y un billete nuevo*. Como llegamos a las 7 de la mañana a Doha y no teníamos que estar en el bus de vuelta al aeropuerto hasta las 4, decidimos aprovechar al máximo el día y visitar Doha aunque estuviéramos cansados del vuelo.
*ATENCIÓN: nunca deis el billete no válido ni lo tiréis a la basura. Lo necesitaréis para poder hacer la reclamación posteriormente. A nosotros nos tuvieron que dar 600€ a cada uno como compensación por llegar 12 horas más tarde, a parte del hotel y las comidas.
Qatar, al igual que los Emiratos Árabes, se ha convertido en un país rico gracias al descubrimiento de petróleo en su territorio y están reinvirtiendo el dinero en convertir la capital, Doha, en un centro de negocios y turismo de alto nivel. En la misma ciudad tienes el zoco, todavía con sus tiendas tradicionales de especias, ropa y comida, junto con los rascacielos del West Bay y la vida de lujo de La Perla.
Nuestro hotel estaba localizado en el West Bay, y desde allí aprovechamos para pasear por el paseo marítimo hasta el zoco. Media hora de camino a pleno sol a 30ºC cuando íbamos preparados para 15ºC se hizo dura, aunque por suerte llevábamos los dos manga corta para ir en el avión (en Qatar se puede vestir de forma occidental siempre que no enseñes rodillas u hombros, tanto hombres como mujeres), ya que toda nuestra ropa se quedó en tránsito en el aeropuerto. El problema es que acabamos los dos como gambas, ya que no llevábamos nada de crema solar.
El zoco parecía estar dividido en dos zonas. Una con el edificio original y sus tiendas tradicionales, y otra parte más moderna de cartón piedra imitando el estilo antiguo con bares y restaurantes. Allí pudimos ver como los qataríes, que ahora son una pequeña parte de la población (20%), visten con túnicas y y el pañuelo blanco o ghutra, y las mujeres con niqab, una prenda negra que cubre todo el cuerpo y sólo deja ver los ojos.
Después de pasear por el zoco visitamos el Museo de Arte islámico de Doha, un edificio bonito y con exposiciones interesantes, especialmente una temporal que tenían sobre la relevancia de Siria en la cultura islámica y la pérdida de patrimonio que suponía la guerra. Nos quedamos con las ganas de visitar el Museo Nacional de Qatar, con forma de rosa del desierto que iba a ser inaugurado a final de mes.
Al salir nuestro vuelo por la tarde llegamos a Tehran a las 9 de la noche, así que el metro ya había cerrado hacía un par de horas y nos vimos obligados a tomar un taxi hasta el hostel. Conseguimos regatear a 900.000IRR (6€) por un trayecto de 45 minutos, aunque según leímos luego en la Lonely Planet podría haber sido un poco menos, pero 6€ nos pareció razonable. Como llevábamos el visado ya tramitado desde España, apenas tardamos 5 minutos en pasar por el control de pasaportes. Cuando lo tramitamos en Madrid no estábamos seguros de si había merecido la pena el tener que ir hasta allí por ahorrar unas horas en el aeropuerto, pero viendo la hora a la que llegamos, lo agradecimos.
A las 10 de la noche pudimos comprobar como las calles de Tehran estaban vacías, sin gente ni coches, y es que en Iran, como muy tarde a las 22,30-23,00 ya han cerrado todos los comercios. Aunque nos quedamos sin ver Tehran ese día decidimos seguir con nuestro plan inicial, movernos hacia el sur y dejar la capital para el último día de viaje.